Nota del historiador.
La necesidad de una nueva identidad
La historia de Falls Church, aunque marcada por el crecimiento y desarrollo, también está profundamente entrelazada con el dolor, la crueldad y la subyugación forzada de las poblaciones indígenas y africanas. La iglesia, un símbolo del poder colonial, fue construida sobre las espaldas de personas esclavizadas y en tierras apropiadas. Al examinar los capítulos más oscuros de nuestra historia y arrojar luz sobre las acciones de la iglesia y los colonizadores, abogamos por una nueva identidad que se libere de este legado.
Los colonos que fundaron Falls Church fueron rápidos en imponer sus creencias y prácticas a quienes llamaban a esta tierra su hogar, mostrando poco respeto por los pueblos indígenas y su forma de vida. La iglesia, como institución, participó en esta asimilación forzada, a menudo llevando al borrado de las tradiciones y costumbres nativas. Además, los colonizadores mostraron un desprecio flagrante por la dignidad humana al esclavizar a los africanos y explotar su trabajo para construir la iglesia y la comunidad circundante.
Una historia tan oscura no debe pasarse por alto ni dejarse de lado. Es hora de que enfrentemos estos actos crueles y responsabilicemos a la iglesia y a los colonizadores por el dolor y el sufrimiento que causaron. Al perpetuar las creencias que favorecieron los intereses de los colonos y justificaron su explotación, la iglesia desempeñó un papel central en la opresión de las poblaciones indígenas y africanas. Este desprecio por el bienestar de los demás en nombre de un dios y un sistema de creencias que exigían obediencia incuestionable es una mancha en la historia de nuestra ciudad.
Para reconocer y abordar verdaderamente nuestro oscuro pasado, primero debemos liberarnos de las cadenas de un nombre que honra a una institución responsable de tanta crueldad. Al elegir una nueva identidad, enviamos un poderoso mensaje de reconocimiento, responsabilidad y compromiso para sanar las heridas infligidas por nuestros antepasados.
Abrazar el nombre de Little Falls nos permite conectarnos con nuestro pasado precolonial, rindiendo homenaje a los pueblos indígenas que primero apreciaron la belleza y la maravilla del río Potomac. Al hacerlo, creamos una identidad inclusiva y unificadora que reconoce las diversas voces de nuestra comunidad, tanto pasadas como presentes.
Al enfrentar nuestra historia y alejarnos del nombre Falls Church, tenemos la oportunidad de crear un futuro más equitativo y compasivo, donde todos los miembros de nuestra comunidad sean valorados y escuchados. Utilicemos esta nueva identidad como un trampín hacia la sanación colectiva, la comprensión y el crecimiento.